La nubes y otros objetos proyectan curiosas sombras en el cielo, que vemos gracias a este bonito efecto de esparcimiento de la luz por el que la luz gana volumen en el aire. Es bueno recordar que las sombras son una buena demostración de la propagación rectilínea de la luz.
También es bueno recordar que todas esa trayectorias que vemos converger en la posición solar ocultar por las nubes son realmente casi paralelas entre sí, la convergencia siendo el mismo efecto de la unión de los raíles del ferrocarril en la distancia. Y lo mismo que podemos ver la ilusoria convergencia de los raíles en las dos direcciones de la vía, también podemos encontrar esa convergencia de rayos en la dirección del sol [que son los ejemplos de esta entrada y se llaman rayos crepusculares] como en la dirección contraria [que son los rayos anti-crepusculares], aunque ese es un fenómeno más raro.
Traemos aquí algunos ejemplos más de sombras de nubes, y de árboles:
Para empezar dos maravillosos ejemplos cortesía de Daniel Turcany Díaz en el Parque Nacional de Yosemite en California, en que la sombre de un árbol se proyecta sobre la nube formada por una cascada.
Otros maravillosos ejemplos:
Por Susana Laorga Fernández.
Por Marina Paris Ogayar.
Por Marta Pedrosa García-Moreno en Reading, Inglaterra.
Por un servidor en Galapagar.
Por un servidor en Biescas.
Por un servidor en Polituara.
Contribución anónima desde la Cuesta de las Armas de Toledo
En algunas curiosas ocasiones sólo vemos un fragmento de toda la historia, y nos aparecen dos regiones del cielo con iluminaciones muy disimilares, como en esta imagen en la provincia de Jaén observada y registras por Mª Cruz Navarrete Fernández.
Tenemos otros muy buenos ejemplos en una sección de nombre efecto Braveheart [en honor de la cara pintada del William Wallace interpretado por el gran Mel Gibson en la película del mismo nombre] en la web de fenómenos ópticos descargable en este enlace:
También allí más ejemplos de rayos anti-crepusculares.
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