Sombra de la tierra
Un fenómeno óptico fetiche para mi, una revelación, sencillo, visible casi todos los días dos veces, al amanecer y al ocaso, pero infinitamente ignorado, desconocido. Siempre distinto, cambiando de paleta de colores, pero siempre sutiles, delicados, he llenado mis cámaras de sus versiones un día y otro día. Cada sombra de la tierra merece una foto, merece que alguien la esté mirando y la reconozca. Y muchas veces la luna se invita a la fiesta, a veces en la banda azul, a veces en la banda rosácea, a veces blanca brillante por encima de todo.
Haz un sitio en tu vida a la sombra de la tierra, te lo compensará, se ganará tu corazón para siempre. Una vez que la conoces te das cuenta del infinito dolor inconsciente de estar siempre ante ti, de susurrarte a gritos sus colores y no verla nunca.
Visible solo cuando el sol está debajo del horizonte, es una banda azulada cerca del horizonte opuesto a donde se acaba de poner el sol, o a donde va a amanecer. Es la parte de la atmósfera a la que no le llega luz solar directa, es la sombra de la tierra proyectada sobre el cielo. Por encima colores rojizos o rosáceos son los puntos del cielo que están suficientemente elevados para ver el sol directamente, que se pone o que sale y reciben luz solar directa, dorada o rojiza.
Disfrute como se expande en el ocaso, diluyéndose en las últimas luces del día, y como mengua al amanecer haciéndose más densa mientras el cielo se empieza a atiborrar de luz. La sombra de la tierra es el platillo de una balanza sideral contrapeso del sol, la forma más bella de la oscuridad.
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