Salta a la vista

La visión es un tema inseparable de la óptica. Uno de nuestros sentidos básicos y todo un paradigma para la ciencia, la filosofía, la psicología y el conocimiento humano en general. Por ello en este blog la visión debía tener un capítulo propio donde mostrar y comentar sus aspectos básicos más sugerentes. Esta página pretende ser un repositorio de aspectos más sorprendentes, extraídos de mis lecturas de historia y neurociencia, psicología y filosofía. No entraré en los aspectos físicos que el lector seguro que ya conoce, o en su caso puede ponerse en contacto conmigo para que le facilite un breve texto que es la base de mis humildes presentaciones sobre el tema a los físicos más jovenes y entusiastas. 

Ver lo que está delante de nuestro ojos requiere un esfuerzo constante. George Orwell


Dime, oh Dios, si mi ojos, realmente, la fiel verdad de la belleza miran, o si es que la belleza está en mi mente, y mis ojos la ven doquier que giran. Miguel Ángel


El verdadero misterio del mundo es lo visible no lo invisible. Oscar Wilde 

¿Luz  y visión?

Es fantástico que en las primeras teoría sobre la visión, las que debemos a los sabios griegos clásicos, la luz jugara un papel secundario en el visión. A lo sumo deberíamos a la luz establecer las condiciones de facto para que la visión ocurra, pero sin ser parte del mecanismo de la visión, que por otra parte solía quedar en la oscuridad, valga la expresión. Visto con la arrogancia de la física moderna, mejor dicho del humano moderno, puede que esto nos sorprenda y sólo nos produzca una sonrisa condescendiente. 

Pero afortunadamente contamos con grandes espíritus que saben superar distancias de siglos y son capaces de ponernos en una situación tal que esa posición de la luz, lejos de sorprendernos, podemos tomar como la más sensata dado lo que nos presenta la experiencia anterior a los muy posteriores genios de la física. Dejo que lo haga un gran fragmento dentro de un gran libro, The fire within the eye. A historical essay on the nature and meaning of light [con ese título tiene que ser un gran libro] por David park.

What do we actually see? Look at a leaf. You see a color, green, and a texture. You see size and shape, and from the general visual context you see how far away it is. Have you seen light? No, you saw the leaf. Look at the moon. Did you see light? No, you saw the moon. Then what is light, where does it enter the picture? Perhaps you think of a ray slanting through the air of a smoky room, but a moment's thought shows that what you are seeing is smoke. Is there really any such thing as light? Of course there is, for you can't see without it. Is light invisible? At night, in clean air, look across the headlight beams of a car. Light is there, but you look through it without seeing it.


Then what can be said about light? [Among the first theories of light and vision] Aristoteles's theory comes closest to accommodating light, but when we have been told that it is the activity of what is transparent, we feel like someone who expected dinner and has been given a salted peanut. What kind of activity? 

Cuando vemos no parece que veamos nada que sea luz, simplemente vemos lo que es, lo que hay delante de nosotros, nadie dice que le llega luz de tal forma que su sistema visual recrea en su cerebro una especie de alucinación de lo que tiene delante. Nadie es consciente del mecanismo que media, y dicho sea de paso, esta es una gran metáfora de la conciencia humana, ese mecanismo tan oculto como mágico por el que sabemos que sabemos. Parece que no hay necesidad de elucidar qué es lo que hace posible ver lo que tenemos ante nosotros, de tan natural que nos parece. 

Más en detalle, entrando en el campo de la filosofía de la mente, dice Thomas Metzinger en El túnel del yo, ciencia de la mente y mito del sujeto: …Se dice que una representación consciente es transparente si el sistema que la utiliza no puede reconocerla como representación por medios exclusivamente introspectivos….Transparencia significa sencillamente que el medio a través del cuál nos llega la información nos pasa desapercibido….Un modelo del mundo es transparente si el cerebro no tiene la posibilidad de descubrir que es un modelo, miramos a través de él directamente hacia el mundo como si existiera. 

Sentimos estar siempre inmersos en la realidad percibida por los sentidos, pero no es la realidad,  es un modelo del mundo construido por la mente a base de descargas eléctricas, mediadores químicos en los laberintos de las sinopsis cerebrales, pero no somos conscientes de ello, no percibimos que todo es obra del cerebro, eso es la transparencia en este contexto. De hecho no podemos descubrir el carácter de representación alucinada de la aparente realidad en la que nos creemos inmersos. Se da la curiosa situación de que el que buscaría descubrir el engaño es el mismo que crea el engaño. Buen argumento para una novela de misterio. Como ejemplo claro de modelo no transparente tenemos el cine. Por un momento nos podemos creer compañeros de Tom Hanks en el desembarco en la playa de Omaha, pero en todo momento tenemos medios para comprobar que realmente no lo estamos, que todo está ocurriendo en una pantalla que mirada de cerca es un conjunto de lucecitas de colores parpadeantes, que nada entra ni sale de la pantalla, en nuestro salón no hay casquillos, las paredes no está agujereadas a tiros.  

Teoría de la visión de Kepler, la visión, pinceles de luz y pinturas sobre la retina.

Invoquemos un gigante de la física y también de la visión: Johannes Kepler. Además de dar  con los fundamentos ópticos de la visión nos proporciona una visión [perdón] particularmente bella. Dejo que lo cuente Laura J. Snyder en el maravilloso libro El ojo del Observador. Johannes Vermeer, Antoni van Leeuwenhoek y la reinvención de la mirada


En contra de la tradición medieval, afirmó que la lente del cristalino funcionaba como el instrumento óptico: como una lente que recibía rayos de luz del exterior, que enfocaba y proyectaba esos rayos en la retina, la cual funcionaba como una «pantalla» en la que se recogía una imagen invertida.


Y llamó significativamente a esta imagen de la retina «pictura», así que el ojo era un instrumento óptico que hacía cuadros. No es casualidad que, al analizar cómo todos los rayos formaban desde un punto una imagen en la retina, Kepler utilizase el término «pencilli», que aludía a los pinceles del artista. Para él, la imagen de la retina estaba pintada con un pincel, lo mismo que la pintura de un artista. Como él decía, «los rayos coloreados de las cosas visibles pintan en la retina». Kepler decía: «Ut pictura, ita visio»: la propia vista es una pintura. En 1637 el matemático y astrónomo francés Pierre Hérigone escribió algo muy parecido: «La vision est la perception de l'image de l'objet, peinte en la rétine». La visión, decía, es la percepción de la imagen del objeto, pintada en la retina.


Esta idea está también incluida en un texto por Alan Gilchrist del departamento de psicología de la Universidad Rutgers, publicado en Perception, 2014, volumen 43, páginas 1283–1285


Kepler must be regarded as a giant of vision science as well because he basically discovered the retinal image. Alhazen had understood the requirement for a one-to-one relationship between points in the eye and points on the object, but he believed that the representation was formed in the lens. He rejected the idea that the image was farther back in the eye because then it would be upside down. It was Kepler who nailed it: “Therefore vision occurs through a picture of the visible things on the white, concave surface of the retina.” That discovery launched the scientific study of vision. 


https://journals.sagepub.com/doi/pdf/10.1068/p4312ed


Teoría constructivista de la visión de Richard Gregory.    


La formulación usual de la visión nos sitúa frente a un cierto papel pasivo del nuestro sistema visual. Lo que hay genera luz que se propaga hasta nosotros donde nuestro ojo forma una imagen sobre la retina que convertida en impulsos nerviosos viaja hasta nuestro cerebro donde el sistema visual convierte la información recibida en lo que vemos. Eso está muy bien, pero pasa por alto un activo papel creativo nuestro sistema visual que tiene mucho que ver con lo que somos. No en vano la siguiente exposición de la teoría constructivista de Richard Gregory la encontré en un magnífico libro de título La creación del yo, ahí es nada, por Anil Seth. Vea también https://richardgregory.org


Imagina, por un momento, que eres un cerebro. Esfuérzate un poco e intenta pensar cómo es estar ahí, sellado dentro de la huesuda cámara acorazada del cráneo, tratando de comprender lo que hay ahí fuera, en el mundo. No hay luz, ni sonido, ni nada: estás en la más completa oscuridad y el más absoluto silencio. Cuando intenta formarse percepciones, lo único con lo que cuenta el cerebro es una andanada constante de señales eléctricas que solo guardan una relación indirecta con las cosas de fuera, del mundo, sean las que sean. Estos inputs sensoriales no vienen con etiquetas incorporadas («soy de una taza de café», «soy de un árbol»). Ni siquiera llegan con etiquetas que anuncien su modalidad, es decir, si son visuales, auditivos, táctiles o de otros tipos con los que estamos menos familiarizados, como la termocepción (la sensación de temperatura) o propiocepción (la sensación de la posición corporal).


¿Cómo transforma el cerebro estas señales sensoriales inherentemente ambiguas en un mundo perceptual coherente, lleno de objetos, personas y lugares? Exploraremos la idea según la cual el cerebro es una «máquina de predicción» y lo que vemos, oímos y sentimos no es más que su «mejor conjetura» acerca de las causas de los inputs sensoriales que recibe. Siguiendo la lógica de esa idea hasta el final, veremos que los contenidos de la conciencia son una especie de sueño despierto –una alucinación controlada– que es más y (también) menos que lo que el mundo real es de verdad.

Aunque pueda parecer que mis sentidos son como unas ventanas transparentes que se me abren a una realidad independiente de la mente, y que la percepción es un proceso de interpretación o «lectura» de los datos sensoriales, lo que ocurre realmente es muy distinto. Las percepciones no proceden de abajo arriba o de fuera hacia dentro, sino que van principalmente de arriba abajo, o de dentro hacia fuera. Lo que experimentamos está construido a partir de las predicciones (o «mejores conjeturas») que el cerebro hace acerca de las causas de las señales sensoriales. Los contenidos de la percepción no vienen dados por las señales sensoriales en sí, sino que tienen que ser inferidos mediante la combinación de esas señales con las expectativas o creencias que el cerebro se forma acerca de sus causas. 

En primer lugar, el cerebro está haciendo predicciones constantemente acerca de las causas de sus señales sensoriales, predicciones que caen en cascada, desde arriba y hacia abajo, a través de las jerarquías perceptivas del cerebro. Si, por ejemplo, estás mirando una taza de café, tu córtex visual estará formulando predicciones acerca de las causas de las señales sensoriales que tienen su origen en dicho objeto.

En segundo lugar, las señales sensoriales –que entran en torrente en el cerebro desde abajo hacia arriba, o de fuera hacia dentro– mantienen esas predicciones perceptivas útilmente conectadas a su causa (en este caso, una taza de café). Estas señales sirven de errores de predicción que registran la diferencia entre lo esperado por el cerebro y lo obtenido por él en cada nivel de procesamiento. Las predicciones generadas «de arriba abajo» se van ajustando entonces para suprimir los errores de predicción (que van «de abajo arriba») y, de ese modo, las «mejores conjeturas» del cerebro no pierden el contacto con sus causas en el mundo.Desde ese punto de vista, la percepción se produce a través de un proceso continuo de minimización del error de predicción.

El tercer (y más importante) ingrediente en el enfoque de la alucinación controlada es la tesis de que la experiencia perceptiva –en este caso, la experiencia subjetiva de «ver una taza de café»– está determinada por el contenido de las predicciones (que proceden de arriba abajo), y no por las señales sensoriales (que proceden de abajo arriba). Jamás experimentamos señales sensoriales propiamente dichas, sino solo interpretaciones de las mismas.

El panorama multisensorial inmersivo de tu escena perceptiva particular, justo en este lugar y en este momento, es eso que te proporciona tu cerebro tratando de salir al encuentro del mundo, y tiene tanto de escritura como de lectura. La totalidad de la experiencia perceptiva es una fantasía neuronal que permanece uncida al mundo a través de la elaboración y la reelaboración continuas de mejores conjeturas perceptuales, de alucinaciones controladas.

La percepción precisa –«verídica»– así entendida es una quimera. La evolución ha diseñado la alucinación controlada de nuestro mundo perceptivo para que potencie nuestras posibilidades de supervivencia, no para que sea una ventana transparente a una realidad externa (una ventana que, en cualquier caso, tampoco tendría ningún sentido desde un punto de vista conceptual).


Colores en los tribunales 


For many companies, color is central to branding. Companies spend fortunes choosing, marketing, and defending their colors. T-Mobile is a wireless phone carrier that spent considerable time and expense branding a specific magenta. AT&T then set up a subsidiary, Aio Wireless, that competed with T-Mobile and featured a plum color in their stores and marketing that was similar to T-Mobile's magenta. When I-Mobile sued Aio for infringement, Aio hired expert witnesses who noted, correctly, that the difference between the plum and the magenta is about twenty times greater than the human threshold for discriminating colors placed side by side. This difference is large enough, they argued, to avoid infringement. When T-Mobile hired me to reply as an expert, I pointed out that a shopper rarely sees the two colors side by side, but instead must distinguish them from memory. Our ability to distinguish from memory is poor, and the difference between the plum and the magenta is, as it happens, at the limit of our ability. The court agreed with this point, and in February of 2014 issued an injunction against Aio. Federal District Court judge Lee Rosenthal wrote that "T-Mobile has shown a likelihood that potential customers will be confused into thinking that Aio is affiliated or associated with T-Mobile based on the confused association between Aio's use of its plum color and I-Mobiles similar use of is similar magenta color." T-Mobile released a statement saying that the ruling "validates T-Mobiles position that wireless customers identify T-Mobile with magenta and that T-Mobile's use of magenta is protected by trademark law".


From the Case Against Reality by Donald Hoffman





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