Una gotita de agua, lupa y muaré
Una gotita de agua puede ser una maravillosa lupa. De hecho una simples bolitas de vidrio de diámetro muy pequeñito, de un milímetro fueron los primeros microscopios del genial Anton van Leeuwenhoek. Esta maravillosa imagen de una gotita de agua sobre la pantalla de un ordenado es de la gran Julia Sotomayor, que ya ha hecho otras contribuciones muy hermosas a este blog, como sus arcoíris. El poder aumentador de la gotita hace que que veamos claramente. la estructura de píxeles de la pantalla, esa lamparitas azules, verdes y rojas con las que se consiguen reproducir los colores en las pantallas. La gotita está sobre una zona blanca así que las tres lamparitas están encendidas en cada punto. Las letritas negras se hace a base de apagar las lamparitas. Y entendiéndolas de formas desiguales se consigue cualquier color por mezcla de los tres.
El observador atento habrá notado también una ligera variación de color a gran escala sobre la imagen. No es que esa distribución de color existiera en la pantalla, sino que es un efecto de haber sido fotografiada con otro dispositivo digital también hecho de píxeles. Vea en esta otra imagen de la misma situación cómo la distribución de color es distinta.
Se trata de un efecto que se denomina muaré. El muaré es un fenómeno muy común cuando se superponen estructuras periódicas de periodo ligeramente diferentes o con una ligera inclinación. De una imagen a otra la distribución de colores ha cambiado porque las imágenes han sido tomadas a distintas distancias, con lo que las periodicidades superpuestas eran distintas, y el efecto por tanto distinto. Trataremos con más detalle el muaré en otra entrada, pero sea este un buen lugar también para presentarlo, por ejemplo con este vídeo en el que acercando la cámara a la pantalla del ordenador las estructuras de muaré, coloreadas como en las imágenes de Julia, aparecen y desparecen en una danza frenética.
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