Toda ocasión es buena para disfrutar de la luz, para ejercer la atención cuidadosa y entrenada en la fascinación y la curiosidad. En este caso gracias a Daniel Turcany Díaz que encontró esta pequeña maravilla óptica en las burbujitas de su taza de ColaCao, de la que presento un detalle ampliado arriba.
Hay varios efectos que podemos observar. Por un lado cada burbujita forma una imagen por reflexión de lo que hay sobre ella, en lo que creo que se reconocen como un par de fluorescentes del techo. Siempre me fascinan esas miríadas de imágenes, cada una de ellas plena en su ser particular individualidad. El segundo efecto proviene del maravilloso y delicado color de cada una. Entiendo que esa coloración ocurre por interferencia, en el mismo fenómeno que da color a las pompas de jabón y otras pompas. La interferencia ocurre por la superposición de la luz reflejada en las caras anterior y posterior de la fina película que constituye la pompa. La superposición de las dos reflexiones hace que la cantidad de luz que nos llega reflejada dependa de la longitud de onda, es decir del color, y del espesor, de forma que para ciertos colores tenemos interferencia constructiva y para otros destructiva. Pequeñas variaciones en el espesor de la burbuja o incluso pequeñas variaciones en la inclinación con la que observamos producen ese despliegue de color.
Comentarios
Publicar un comentario